
Y es que en Sevilla, una ciudad con cerca de 700.000 habitantes, tan sólo tenemos nueve piscinas públicas municipales, lo que no cubre ni siquiera el 4% de las instalaciones acuáticas registradas en la ciudad. Al final lo que queda es que los sevillanos nos tenemos que dar, como se suele decir, ‘guantás’ para poder practicar a un precio razonable algo de deporte. Y todo eso mientras en el mismo Polideportivo San Pablo hay desde hace algo más de un año una segunda piscina, la olímpica de 50 metros, por según cuentan obras. Obras eternas deben de ser porque en menos de ese tiempo yo ya he visto levantar de la nada más de un edificio de viviendas. Se ve que en la construcción del sueño de Monteseirín y los suyos no aparecía nada de esto.
Lo que si debía de aparecer eran esos viajecitos a Cuba o Venezuela del concejal de Deportes del Ayuntamiento de Sevilla, Lolo Silva (IU), o esas facturas a la empresa de su primo. Auguro que el año que viene seguiremos haciendo cola... Y digo yo... ¿irá el señorito a bañarse al Sato Sport?
1 comentario:
Pues para tu información: la madre de Lolo Silva está contratada como trabajadora también en la piscina que tú vas varios días a la semana. Que, por cierto, ya que has guardado una cola de 'jartible' que no me entere yo que no vas a nadar...
Un beso... y no des tanta caña a tu alcalde que tampoco será tan malo ¿o sí?
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