Ya sólo quedan tres. ¿Sólo? Muchísimas son. Tres hermandades de Sevilla son las que aún prohíben a las mujeres salir de nazarena en sus filas después de que el Gran Poder aprobara recientemente sumarse a las cofradías con mujeres en su cortejo. Quinta Angustia, Santo Entierro y Silencio. Estas son las que tres que tienen el dudoso honor de ser las últimas hermandades que quedan por igualar los derechos de las mujeres al de los hombres, que aún discriminan a las mujeres. Y digo honor porque lo mejor de todo, la traca final, lo más preocupante, es que ni siquiera se plantean modificar esa desigualdad.
"No tenemos nada que decir, nuestras reglas están como están", aseguraba al diario úblico el hermano mayor del Silencio, Antonio Rodríguez Cordero. Más directo y rotundo fue aún su homólogo en el Santo Entierro en el mismo periódico: “Mi hermandad no tiene nada pensado sobre la inclusión de nazarenas, al menos para este año; de lo que estoy pendiente ahora es de la Ley del Aborto del Gobierno, que es lo que de verdad me preocupa", aseguró Luis Miguel Onieva Giménez.
En fin… con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, con el voto afirmativo de los hermanos del Gran Poder, la Madrugá sevillana de 2010 será histórica. De los 10.000 hermanos del Gran Poder, aproximadamente una cuarta parte son mujeres. Mujeres a las que durante años hemos visto detrás del señor cubiertas con sus bolsas de plástico para protegerse de la cera. Mujeres que ya podrán cambiar ese plástico por su antifaz negro de ruan.
Que el Señor del Gran Poder les conceda que el próximo Viernes Santo las que quieran, puedan realizar su estación de penitencia.
21 de febrero de 2010
27 de enero de 2010
Bajas embarazosas
Alguien que yo me sé esta embarazada. Acaba de cumplir su quinto mes y repite lo que ya hiciera con su primera hija: una visita al médico de cabecera, una queja por allí y otra por acá, y baja médica que te crió. No volverá a trabajar hasta que cumpla las 16 semanas de baja maternal a las que tiene derecho. No es un caso excepcional, ni mucho menos. Porque como ella hoy son muchas las que hacen del embarazo no un estado, maravilloso por cierto, sino una enfermedad por la que se dan de baja, y por sistema, desde el sexto mes de embarazo. Y ojo, que no estoy diciendo con esto que para quien trabajar implique riesgos o molestias que realmente impidan llevar una vida normal no solicite la baja. Por supuesto que ha de hacerlo y por el tiempo que sea necesario. El problema llega cuando esas bajas se convierten en una práctica cada vez más generalizada, cuando esa práctica repercute en la decisión de los empresarios a la hora de contratar a mujeres en edad de gestación, cuando esa práctica da la idea de la embarazada como alguien con quien ya no puedes contar laboralmente.
Hoy, según un estudio reciente de la Fundación Madrina, los despidos de mujeres por causa de maternidad se sitúan en el 37%, siendo además de un 12% el porcentaje de mujeres que no pueden acceder al mundo laboral por el mero hecho de estar embarazadas. Lamentablemente “el embarazo se ha convertido en un factor de riesgo, y la maternidad en un factor de desigualdad y exclusión social para la mujer madre”, como afirma dicho estudio, pero lo cierto es que poco aportamos nosotras mismas abusando de barriga y tirando de baja hasta el final del parto, a sabiendas de que ningún médico nos la denegará. No dejemos que lo que por un lado tanto nos ha costado conseguir, lo perdamos por otro.
Hoy, según un estudio reciente de la Fundación Madrina, los despidos de mujeres por causa de maternidad se sitúan en el 37%, siendo además de un 12% el porcentaje de mujeres que no pueden acceder al mundo laboral por el mero hecho de estar embarazadas. Lamentablemente “el embarazo se ha convertido en un factor de riesgo, y la maternidad en un factor de desigualdad y exclusión social para la mujer madre”, como afirma dicho estudio, pero lo cierto es que poco aportamos nosotras mismas abusando de barriga y tirando de baja hasta el final del parto, a sabiendas de que ningún médico nos la denegará. No dejemos que lo que por un lado tanto nos ha costado conseguir, lo perdamos por otro.
25 de enero de 2010
Ahora ya no
Ole, ole y ole. Esto es seriedad y prestigio y lo demás tonterías. Que si ahora copio, que si ahora no copio. Pero qué jaleo que tienen que tener los ¿pobrecitos? estudiantes nuestros. Ante el revuelo suscitado por el nuevo reglamento de la Universidad de Sevilla, que permitía a los alumnos continuar realizando un examen aunque fuesen sorprendidos copiando, el Consejo de Gobierno de la US ha tenido que dar marcha atrás y acordar por unanimidad, en sesión extraordinaria, dejar sin efecto el controvertido artículo 20 de la 'Normativa reguladora de la Evaluación y Calificación de las asignaturas'.
Según explicó el rector, Joaquín Luque, esta decisión ha sido adoptada para evitar "más interpretaciones erróneas y para reafirmar el compromiso de la US con la recompensa al mérito y al esfuerzo, con la reprobación de conductas fraudulentas y con la alta valoración de la figura del profesor".
Ahí va, textual, el polémico artículo 20.2: “Sin perjuicio de las actuaciones o resoluciones posteriores que procedan, los estudiantes involucrados en las incidencias podrán completar el examen en su totalidad salvo en el caso de conductas que interfieran con el normal desarrollo del examen por parte de los demás estudiantes, en cuyo caso se procederá a la expulsión de los estudiantes involucrados de la dependencia donde el examen se lleva a cabo”.
¿Interpretación errónea? Ay, ay...
Según explicó el rector, Joaquín Luque, esta decisión ha sido adoptada para evitar "más interpretaciones erróneas y para reafirmar el compromiso de la US con la recompensa al mérito y al esfuerzo, con la reprobación de conductas fraudulentas y con la alta valoración de la figura del profesor".
Ahí va, textual, el polémico artículo 20.2: “Sin perjuicio de las actuaciones o resoluciones posteriores que procedan, los estudiantes involucrados en las incidencias podrán completar el examen en su totalidad salvo en el caso de conductas que interfieran con el normal desarrollo del examen por parte de los demás estudiantes, en cuyo caso se procederá a la expulsión de los estudiantes involucrados de la dependencia donde el examen se lleva a cabo”.
¿Interpretación errónea? Ay, ay...
19 de enero de 2010
Vale copiar
Éramos pocos y parió la abuela. Es tan alto nuestro nivel educativo que qué mejor idea que la que ha tenido nuestra Universidad de Sevilla, hoy en boca de toda España. “Una norma garantista para evitar posibles abusos y arbitrariedades contra un derecho fundamental del universitario como es el de poder examinarse”. Ja ja. Así es como se ha definido desde la Universidad de Sevilla uno de los sueños de todo mal estudiante que se precie. Y es que ésta se ha convertido en el primer centro público español que ha regulado normativamente qué hacer cuando un profesor sorprende a un alumno copiando durante un examen. El alumno puede seguir con la prueba, aunque sea descubierto, sin ser suspendido de forma inmediata, ni ser expulsado del aula, y más tarde será una Comisión de Docencia del Departamento la encargada de analizar la situación caso por caso.
Pero bueno, ¿esto qué cachondeo es? ¿qué disparate es esto? A ver si lo que han querido es sacar una medida más para mejorar nuestras estadísticas de fracaso escolar y no nos estamos enterando de nada… ¿? Porque es que encima ahí no queda la cosa… las nuevas normativas también eximen al alumno de su obligación de asistir a clase y dicen literalmente que “no podrá ser penalizado” por dicho motivo. Y mientras tanto vemos como países como Francia prohíbe a quien copia presentarse a ningún examen en cinco años, pero claro, nosotros somos diferentes…
¿Pero qué clase de cultura estamos promoviendo? Porque está claro que con medidas como ésta la del estudio, el trabajo y el esfuerzo no es. Un examen no es sólo una prueba de conocimientos. También es una prueba de madurez y de integridad, pero parece que esto ya no tiene validez.
Pero bueno, ¿esto qué cachondeo es? ¿qué disparate es esto? A ver si lo que han querido es sacar una medida más para mejorar nuestras estadísticas de fracaso escolar y no nos estamos enterando de nada… ¿? Porque es que encima ahí no queda la cosa… las nuevas normativas también eximen al alumno de su obligación de asistir a clase y dicen literalmente que “no podrá ser penalizado” por dicho motivo. Y mientras tanto vemos como países como Francia prohíbe a quien copia presentarse a ningún examen en cinco años, pero claro, nosotros somos diferentes…
¿Pero qué clase de cultura estamos promoviendo? Porque está claro que con medidas como ésta la del estudio, el trabajo y el esfuerzo no es. Un examen no es sólo una prueba de conocimientos. También es una prueba de madurez y de integridad, pero parece que esto ya no tiene validez.
18 de enero de 2010
Dicen que suena a Cádiz...
Antes que nada, me toca confesar. No soy nada carnavalesca. Me armo yo solita un jaleo entre lo que es una chirigota y una comparsa. Cuando me 'toca' escuchar Carnaval, me cuesta entender lo que dicen. Me cansaban enormemente esas galas interminables que en Canal Sur se veían hace años. Conozco al tal Yuyu por su presencia de radio. Y nunca pensé que buscaría en Youtube la intervención de una chirigota en el Teatro Falla. El caso es que lo he hecho y ha sido para ver a Los Pre-Paraos, la chirigota que pasó el pasado fin de semana por Cádiz y que según cuentan los expertos lo hizo por la puerta grande.
Dice Antonio Burgos en su recuadro de hoy de ABC que "suena a Cádiz". Yo, como de eso no entiendo y dudo que lo haga algún día, sólo diré que a mi me han hecho reír un buen rato. Y eso en los tiempos que corren, ya es mucho decir. Por eso lo comparto en este huequito bloguero y adjunto las letras de Burgos hoy en referencia a esta 'Chirigota de los Artistas'. Que hablen los que entiendan como aplauden los que saben, como aplaudieron desde las gradas del Falla.
La Chirigota de los Artistas
Es, ¿cómo les diría yo? Como si Manolo Barea llegara a Escocia con su cargamento de bacalao desde la Carretera Amarilla y los escoceses, tras haberse puesto púos de bacalati con tomati, le pegaran la ovación del siglo, se levantaran de sus asientos y le gritaran a coro: «You yes that you cost!» Que traducido resulta: «¡Tú sí que vales, tú sí que vales!». Pues esto fue lo que pasó en el Teatro Falla de Cádiz con «Los Pre-Paraos», la chirigota sevillana de César Cadaval, José Manuel Soto, Monchi el del Sevilla, Rafa Almarcha, Paco Lola, Pepito el Caja, Fede Quintero et alii.
La chirigota es de época. De época vergüenza, como se llamaba aquella del Yuyu. Ha conseguido ya el máximo premio: que los gaditanos la rebauticen. Cuando Cádiz llama «Los borrachos» a «Quien la lleva la entiende», es que la agrupación ha llegado y ha pegado. La chirigota galáctica sevillana ha sido rebautizada. En las aguas de la Caleta, naturalmente. Se llama «Los Pre-Paraos», los que van camino de la cola del INEM. Pero como la integran famosos a peluz, la llaman ya «La Chirigota de los Artistas». Ya que cito las aguas de la Caleta: han hecho una raya donde viven como reinas las mojarritas. Fueron al Falla con mucha humildad y muy poca vergüenza, y triunfaron. Cádiz sabe lo que son cuatro meses ensayando, como han estado. Lo que es morir por la Tacita, como mueren. Y lo mismo que desprecian al que viene con pretensiones y arrollando, tequiyarcarajo, aceptan como suyo al que llega, como ellos, entregaíto a la Cuna de la Libertad y sus grandezas.
Tienen que oírla. Suena a Cádiz. A los cables que les han echado desde allí, con su música, El Selu y Julio Pardo; o a la gracia que le ha dado El Canijo de Carmona. Entre otros cuplés y pasodobles, llevan en el popurrí una cuarteta «de gran categoría», que diría Juan Manzorro por la RAI de Cai. Como ellos se lo dicen todo antes que se lo diga nadie, se guasean de Monchi. Y con música del Himno del Centenario, le cantan a la calva del técnico palangana, que iluminan con linternas, a escenario apagado: «El se crió en San Fernando/y lleva mucho tiempo en el mismo club,/y con los fichajes se lo está llevando,/y con su presidente tiene algo en común./Que le brilla, le brilla, le brilla,/a Del Nido y a Monchi le brilla/cuando juega el Sevilla en su casa/y encienden los focos/del Sánchez Pizjuán,/oh,oh,oh,oh,oh...» Y aquí viene la guasa de las linternas sobre el calvorota Monchi, que es como Del Nido, pero sin mascota.
¿Arte? Todo el del mundo. ¿De aquí o de allí? De Hércules, el de la Alameda de las murgas, que fundó ambas ciudades. César Cadaval está que se sale de artistazo. Y El Soto enseña a los gaditanos el arte de reírse de uno mismo, cambiando la letra sus propias canciones: «Deja de bebé, José, deja de bebé». Los miarmas (como nos llaman en Cádiz) se ríen de lo famosos que son, con un estribillo caleti totali güeni: «¿Quién ha dicho que la crisis,/quién ha dicho que la crisis,/que la crisis no se nota?/ Pó a vé qué carajo hacemos/tantos artistas/en una chirigota.»
¿Y las letras cambiadas de las sevillanas? Geniales: «Almonteño, déjame/siete mil quinientos euros». O esta: «Y esa gitana, esa gitana, le debe tres recibos/a Sevillana». Fede Quintero, nieto del poeta Florencio Quintero, baluarte del Carnaval ante toda España a través de Radio Marca, ha sido el loco del «fagamos una chirigota tal que los gaditanos nos tomen por unos de ellos». Teniendo tanto amor por Cádiz y su Carnaval, lo demás ha sido cosa de echarle arte, ensayo y poca vergüenza. A mí no me extraña que pusieran en pie el Falla. Tengan en cuenta lo que dije cuando con el coro de Julio Pardo presenté a pie de Caleta mi libro «Mirando al mar soñé» y me preguntaron en una tele local por qué escribí las «Habaneras» y por qué me gustaba tanto Cádiz: «Es que la gente de Cai nacemos donde nos sale de los cojones.»
Antonio Burgos
Dice Antonio Burgos en su recuadro de hoy de ABC que "suena a Cádiz". Yo, como de eso no entiendo y dudo que lo haga algún día, sólo diré que a mi me han hecho reír un buen rato. Y eso en los tiempos que corren, ya es mucho decir. Por eso lo comparto en este huequito bloguero y adjunto las letras de Burgos hoy en referencia a esta 'Chirigota de los Artistas'. Que hablen los que entiendan como aplauden los que saben, como aplaudieron desde las gradas del Falla.
La Chirigota de los Artistas
Es, ¿cómo les diría yo? Como si Manolo Barea llegara a Escocia con su cargamento de bacalao desde la Carretera Amarilla y los escoceses, tras haberse puesto púos de bacalati con tomati, le pegaran la ovación del siglo, se levantaran de sus asientos y le gritaran a coro: «You yes that you cost!» Que traducido resulta: «¡Tú sí que vales, tú sí que vales!». Pues esto fue lo que pasó en el Teatro Falla de Cádiz con «Los Pre-Paraos», la chirigota sevillana de César Cadaval, José Manuel Soto, Monchi el del Sevilla, Rafa Almarcha, Paco Lola, Pepito el Caja, Fede Quintero et alii.
La chirigota es de época. De época vergüenza, como se llamaba aquella del Yuyu. Ha conseguido ya el máximo premio: que los gaditanos la rebauticen. Cuando Cádiz llama «Los borrachos» a «Quien la lleva la entiende», es que la agrupación ha llegado y ha pegado. La chirigota galáctica sevillana ha sido rebautizada. En las aguas de la Caleta, naturalmente. Se llama «Los Pre-Paraos», los que van camino de la cola del INEM. Pero como la integran famosos a peluz, la llaman ya «La Chirigota de los Artistas». Ya que cito las aguas de la Caleta: han hecho una raya donde viven como reinas las mojarritas. Fueron al Falla con mucha humildad y muy poca vergüenza, y triunfaron. Cádiz sabe lo que son cuatro meses ensayando, como han estado. Lo que es morir por la Tacita, como mueren. Y lo mismo que desprecian al que viene con pretensiones y arrollando, tequiyarcarajo, aceptan como suyo al que llega, como ellos, entregaíto a la Cuna de la Libertad y sus grandezas.
Tienen que oírla. Suena a Cádiz. A los cables que les han echado desde allí, con su música, El Selu y Julio Pardo; o a la gracia que le ha dado El Canijo de Carmona. Entre otros cuplés y pasodobles, llevan en el popurrí una cuarteta «de gran categoría», que diría Juan Manzorro por la RAI de Cai. Como ellos se lo dicen todo antes que se lo diga nadie, se guasean de Monchi. Y con música del Himno del Centenario, le cantan a la calva del técnico palangana, que iluminan con linternas, a escenario apagado: «El se crió en San Fernando/y lleva mucho tiempo en el mismo club,/y con los fichajes se lo está llevando,/y con su presidente tiene algo en común./Que le brilla, le brilla, le brilla,/a Del Nido y a Monchi le brilla/cuando juega el Sevilla en su casa/y encienden los focos/del Sánchez Pizjuán,/oh,oh,oh,oh,oh...» Y aquí viene la guasa de las linternas sobre el calvorota Monchi, que es como Del Nido, pero sin mascota.
¿Arte? Todo el del mundo. ¿De aquí o de allí? De Hércules, el de la Alameda de las murgas, que fundó ambas ciudades. César Cadaval está que se sale de artistazo. Y El Soto enseña a los gaditanos el arte de reírse de uno mismo, cambiando la letra sus propias canciones: «Deja de bebé, José, deja de bebé». Los miarmas (como nos llaman en Cádiz) se ríen de lo famosos que son, con un estribillo caleti totali güeni: «¿Quién ha dicho que la crisis,/quién ha dicho que la crisis,/que la crisis no se nota?/ Pó a vé qué carajo hacemos/tantos artistas/en una chirigota.»
¿Y las letras cambiadas de las sevillanas? Geniales: «Almonteño, déjame/siete mil quinientos euros». O esta: «Y esa gitana, esa gitana, le debe tres recibos/a Sevillana». Fede Quintero, nieto del poeta Florencio Quintero, baluarte del Carnaval ante toda España a través de Radio Marca, ha sido el loco del «fagamos una chirigota tal que los gaditanos nos tomen por unos de ellos». Teniendo tanto amor por Cádiz y su Carnaval, lo demás ha sido cosa de echarle arte, ensayo y poca vergüenza. A mí no me extraña que pusieran en pie el Falla. Tengan en cuenta lo que dije cuando con el coro de Julio Pardo presenté a pie de Caleta mi libro «Mirando al mar soñé» y me preguntaron en una tele local por qué escribí las «Habaneras» y por qué me gustaba tanto Cádiz: «Es que la gente de Cai nacemos donde nos sale de los cojones.»
Antonio Burgos
7 de abril de 2009
Recuerdos de Martes Santo
Tarde de Martes Santo. Tarde de capirotes blancos. Tarde de recogida de colas. Tarde de cirios blancos y de cestas azules. Tarde de emociones. Tarde de recuerdos en San Nicolás.
Recuerdos de aquellos años en los que con mi hermano de la mano desfilaba por aquel tramo de niños en el que aún no tenían cabida las mujeres. Recuerdos de aquellos años en los que me ‘mandaban’ con lágrimas en los ojos para casa cuando Ella se adentraba en sus Jardines. Recuerdos de aquel primer año en el que pude, en el que pudimos todas las hermanas, acompañar a Nuestro Padre Jesús de la Salud y a María Santísima de la Candelaria en su estación de penitencia a la Catedral. Recuerdos de aquel primer año en el que mi madre me preguntaba en cada parón que hasta dónde pensaba llegar mientras yo le repetía que por favor no me quitara en la silla, que me dejara, al menos, hasta San Fernando. Recuerdos de caras conocidas en cada esquina preguntando en qué tramo iba uno, en qué tramo iba el otro. Recuerdos de nervios deseándole al Señor una buena estación de penitencia mientras lo despedía desde el interior de San Nicolás, y recuerdos de orgullo al contemplar desde dentro entre emociones y cansancio la llegada de Ella, aún con el olor impregnado que su paseo por los Jardines le ha dejado en su manto. Recuerdos de años, muchos, aunque uno sólo ya es demasiado, en los que el tiempo nos dejaba en casa. Recuerdos de años en los que la lluvia decía “aquí estoy yo” y corríamos en busca del ‘refugio’ más cercano.
Recuerdos de caras, instantáneas que se quedan guardadas sin saber muy bien por qué pero que vuelven y vuelven cada año, cada Martes Santo. La cara de mi hermano, cuando agarrado de la mano se aferraba a su canasto azul queriendo ser él mismo, sin apenas mantenerse en pie, el que repartiera sus propios caramelos. La cara de mi primo Raúl, repartiendo cirios y poniendo orden entre sus nazarenos mientras se asoma cada cinco minutos al patio de la Casa Hermandad para comprobar si las nubes se mueven o no. La cara de mi primo Juan, de incertidumbre por saber como se organizan los tramos en la Catedral. La cara de mi prima Mª Luisa, siempre pegada a mi, siempre pegada a ella, mientras busca con la mirada a su padre en una Iglesia atestada de túnicas blancas. La cara de mi tío, desencajada cada Martes Santo e incapaz de volver a su estado natural hasta que no deja a su Candelaria ‘acostaita’ en San Nicolás. La cara desesperada de mi madre mientras le replico que no me ha puesto bien la cola, que me aprieta el esparto. La cara de cansancio de mi tía mientras no paraba de sonreír mientras acomodaba el esparto a su hijo.
Y la cara de personas que ya no están. La cara de mi abuela, cuando veía a sus nietos en su casa ya vestidos de nazarenos porque ella no podía salir a la calle a verlos. Y una cara, esa imposible de alejar de mi mente cada vez que mis ojos se clavan en los de Ella. Una cara que su recuerdo trae algo más que un brillo en los ojos. Una cara que cada Martes Santo sacaba fuerzas de dónde nadie sabe para ir junto a Ella. Una cara sonriente en la tarde de San Nicolás y de agotamiento ya en San Fernando. Una cara que cada año se aferraba a salir de nazareno en esa silla de ruedas, quizá buscando esa luz de María Santísima de la Candelaria, quizá cumpliendo el que él sabía era el deseo de su padre. Una cara de superación la de mi primo que hoy, y como viene haciendo durante los últimos ocho años desde donde esté, acompañará a María Santísima de la Candelaria en cada revirá, en cada saeta, en cada rayo de luz que vaya dejando a su paz. Feliz estación de penitencia Nacho.
Recuerdos de aquellos años en los que con mi hermano de la mano desfilaba por aquel tramo de niños en el que aún no tenían cabida las mujeres. Recuerdos de aquellos años en los que me ‘mandaban’ con lágrimas en los ojos para casa cuando Ella se adentraba en sus Jardines. Recuerdos de aquel primer año en el que pude, en el que pudimos todas las hermanas, acompañar a Nuestro Padre Jesús de la Salud y a María Santísima de la Candelaria en su estación de penitencia a la Catedral. Recuerdos de aquel primer año en el que mi madre me preguntaba en cada parón que hasta dónde pensaba llegar mientras yo le repetía que por favor no me quitara en la silla, que me dejara, al menos, hasta San Fernando. Recuerdos de caras conocidas en cada esquina preguntando en qué tramo iba uno, en qué tramo iba el otro. Recuerdos de nervios deseándole al Señor una buena estación de penitencia mientras lo despedía desde el interior de San Nicolás, y recuerdos de orgullo al contemplar desde dentro entre emociones y cansancio la llegada de Ella, aún con el olor impregnado que su paseo por los Jardines le ha dejado en su manto. Recuerdos de años, muchos, aunque uno sólo ya es demasiado, en los que el tiempo nos dejaba en casa. Recuerdos de años en los que la lluvia decía “aquí estoy yo” y corríamos en busca del ‘refugio’ más cercano.
Recuerdos de caras, instantáneas que se quedan guardadas sin saber muy bien por qué pero que vuelven y vuelven cada año, cada Martes Santo. La cara de mi hermano, cuando agarrado de la mano se aferraba a su canasto azul queriendo ser él mismo, sin apenas mantenerse en pie, el que repartiera sus propios caramelos. La cara de mi primo Raúl, repartiendo cirios y poniendo orden entre sus nazarenos mientras se asoma cada cinco minutos al patio de la Casa Hermandad para comprobar si las nubes se mueven o no. La cara de mi primo Juan, de incertidumbre por saber como se organizan los tramos en la Catedral. La cara de mi prima Mª Luisa, siempre pegada a mi, siempre pegada a ella, mientras busca con la mirada a su padre en una Iglesia atestada de túnicas blancas. La cara de mi tío, desencajada cada Martes Santo e incapaz de volver a su estado natural hasta que no deja a su Candelaria ‘acostaita’ en San Nicolás. La cara desesperada de mi madre mientras le replico que no me ha puesto bien la cola, que me aprieta el esparto. La cara de cansancio de mi tía mientras no paraba de sonreír mientras acomodaba el esparto a su hijo.
Y la cara de personas que ya no están. La cara de mi abuela, cuando veía a sus nietos en su casa ya vestidos de nazarenos porque ella no podía salir a la calle a verlos. Y una cara, esa imposible de alejar de mi mente cada vez que mis ojos se clavan en los de Ella. Una cara que su recuerdo trae algo más que un brillo en los ojos. Una cara que cada Martes Santo sacaba fuerzas de dónde nadie sabe para ir junto a Ella. Una cara sonriente en la tarde de San Nicolás y de agotamiento ya en San Fernando. Una cara que cada año se aferraba a salir de nazareno en esa silla de ruedas, quizá buscando esa luz de María Santísima de la Candelaria, quizá cumpliendo el que él sabía era el deseo de su padre. Una cara de superación la de mi primo que hoy, y como viene haciendo durante los últimos ocho años desde donde esté, acompañará a María Santísima de la Candelaria en cada revirá, en cada saeta, en cada rayo de luz que vaya dejando a su paz. Feliz estación de penitencia Nacho.
2 de abril de 2009
Triana mariana, María es trianera
La O es un vocabulario
Con una sola vocal
El Patrocinio oriental
Victoria en un escenario
Triana es un planetario
Donde sólo hay una Estrella
Y no es mejor, es distinto
Ver de frente en San Jacinto
La Salud ¡Cómo destella!
La Esperanza, una mañana
Ante tal trianerío
Soñó con ese Rocío
De primavera aldeana
Cuando Dios creó Triana
Quiso inventarse una vía
Para llegar a María
De una manera diversa
Y dijo Dios, ¡Viceversa,
A Triana, por María!
Antonio Cattoni
(Pregón de la Juventud de la Esperanza de Triana, marzo 2009)
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